Mi me conmigo


Por qué padre y deportista si lo segundo fue primero, supongo que por ser lo segundo más importante que lo primero... Aún así lo segundo siempre ha estado conmigo, de hecho ya me lo contaba mi madre. A los 9 meses ya daba mis primeros pasos y un mes mas tarde corría, sí corría sin parar...
Desde que recuerdo siempre he corrido, de hecho de pequeño no recuerdo haberme cansado nunca corriendo, supongo que esto es un claro signo de mi naturaleza optimista y asi se grabo en mi memoria. El primer recuerdo que tengo de fatiga corriendo es con unos 13 años andábamos la familia por tierras andinas y allá en el altiplano a 3.900m de altura mi corazón se disparaba en las primeras clases de gimnasia, claro que había quien caía desmayado por falta de oxigeno, pero al poco tiempo me aclimate y volví a disfrutar de las carreras. Siempre que había una carrera en el colegio era el primero en apuntarme.

Siempre me ha gustado y me sigue gustando, solo, casi siempre y acompañado en algunas ocasiones , increíble el ambiente en las carreras populares.
Un corredor siempre tiene en mente un Maratón y yo no iba a ser menos, lo curioso es que normalmente se hacen carreras previas y luego se lanza uno a por el reto de Filipides, pero yo lo hice al revés mi primera popular fue el IXX Mapoma y termine, eso si el haber entrenado sólo en tierra me paso factura.
Luego vino un periodo de no tengo tiempo y ahora con mas obligaciones lo voy sacando como puedo, pero siempre se puede.
Lo que intento es que mi afición no reste tiempo a la familia y así si me voy a entrenar procuro hacerlo pronto para luego poder desayunar con la familia. Aquí he de reconocer que también me apoyan y me dan libertad.

Por otro lado, los niños, esos locos bajitos como decía no se quién... Me lo paso pipa con ellos y me encanta jugar y hacer excursiones con ellos. Tienen esa capacidad de sorprenderte con las cosas mas insospechadas y aunque algunas veces, necesitan un empujoncito luego se lo pasan en grande. Eso si las excursiones, cantando, jugando, cogiendo palos, tirando piedras, para que el tiempo pase y sin pensarlo llegan allí donde tú ni lo sospechabas. Me considero afortunado, de niño pude hacer de todo o casi todo, pocas cosas se me quedaron en el tintero y ahora intento que mis hijos lo prueben todo, aunque ya desde pequeños me han demostrado que son diferentes y tiene capacidades que yo nunca he tenido, claro que algo o más bien mucho tienen de su madre.



No hay comentarios:

Publicar un comentario